Thiago Almada creó una obra de arte ante Uruguay, a la medida de esta selección argentina... que asombró hasta a Dibu Martínez
Habían transcurrido 22 minutos de la segunda mitad. El campeón del mundo tenía la pelota, el dominio, al gobierno del espectáculo. Sin embargo, chocaba con Sergio Rochet, una muralla de 1,90. Julián era el guionista (juega de todo, hace todo bien). Enzo y Alexis (así, a secas) se desempeñan de cinco, arriesgan en el área de enfrente, se entienden de memoria, sin la necesidad de suscribir sus apellidos. Giuliano, el invitado a la fiesta, corría, metía, suerte de 8 adelantado, 7 atrasado. Siempre por la derecha.